Está demostrado que una educación musical temprana ayuda al desarrollo de todas las capacidades cognitivas y asienta de la forma más rápida la creatividad artística. A los más jóvenes siempre les atrae experimentar con todo aquello que pueda ser de elaboración propia. En el caso de la música también, sólo hay que encontrar un instrumento sencillo con el que ponerse a practicar.